José Antonio Abascal
Aunque descubrió el mundo de los juegos de mesa contemporáneos de forma tardía, su mente creadora se zambulló de lleno en el diseño de sus propias aportaciones a la adición
En 2007 y 2009 consigue que uno de sus diseños más tempranos, Encerrados, quede finalista en los certámenes de Granollers y Córdoba respectivamente, y en 2012 es finalista del prestigioso Europa-Ludi con Damas Cántabras.
No es hasta 2013 que publica su primer título, Blekoteco, con una pequeña editorial cántabra. En 2014, su juego se publica en EE.UU. con el nombre Get4 & Score y obtiene varios galardones como el Dr. Toy, el Pal Award y el Academic’s Choice.
Vuelve a presentar otro de sus prototipos al concurso de Granollers de 2016 en el que una vez más queda finalista, en esta ocasión con Las Brujas de Cernégula, que conseguiría ser editado un año después.
Checkpoint Charliees su primer proyecto que publicado por Devir, en 2016. Se trata de un juego de deducción con mecanismos muy accesibles, pero que tendrá atrapados a los jugadores en la búsqueda del elemento que concuerde con la pista que tienen en su poder y las desconocidas pistas de los contendientes. El soberbio trabajo gráfico a cargo de Joan Guardietnos traslada a la época de la guerra fría, en la que las agencias de perros investigadores deberán encontrar al jefe espía de la facción gatuna. Además, el juego se ha traducido a 13 idiomas entre varias licencias a editoriales internacionales.
Un día, mientras estaba en el baño, se le vino a la cabeza una idea sobre patrones al observar el alicatado de la pared, semilla de lo que terminaría siendo Paris, la Cité de la lumière. En 2018 nos ponemos manos a la obra con el proyecto de este abstracto juego exclusivo para 2 jugadores que vería la luz en 2019. Tiene dos fases muy diferenciadas; en la primera deberemos colocar el suelo sobre el que edificar o reservar los edificios que edificaremos en la segunda fase, en la que deberemos edificar o aprovechar una de las habilidades que nos ofrece la ciudad. Nuestro objetivo es que nuestros edificios estén lo mejor iluminados posible por las farolas de las calles. No os podéis perder el increíble aspecto que le han dado los pinceles de Oriol Hernández, que nos trae a la mesa el auténtico ambiente decimonónico parisino.
«Mi mecánica favorita siempre es la nueva, la que no conozco.»
