Ponte en la piel de un intrépido viajero del desierto en Sand

Hace mucho que pasó la era dorada de los seres humanos. Nadie recuerda lo que había en este vasto lugar, al que la gente se refiere únicamente como el desierto. Unos pocos y valientes viajeros desafían al calor y a las dunas para transportar mercancías entre las últimas comunidades humanas, que sobreviven entre las ruinas de antiguas y esplendorosas ciudades o en campamentos improvisados. Aunque el único objetivo de estos viajeros es ganar tanto dinero como puedan, al mismo tiempo y de un modo más o menos deliberado, están ayudando a traer la vida de nuevo al desierto al llevar consigo pequeñas plantas desde los invernaderos artificiales de las ciudades hasta los rincones más remotos de este océano de arena.

Diseñado por Ariel di Costanzo y Javier Pelizzari e ilustrado por Ernest Sala y Mado Peña, Sand se puede disfrutar en solitario o en grupos de hasta 4 jugadores, a partir de 14 años, en partidas de unos 120 minutos. Ideal para los jugadores experimentados o que ansían un buen reto, Sand ofrece mucho juego en una caja pequeña. A través de una mecánica principal de pick up & deliver, el objetivo de los jugadores consiste en conseguir la mayor fortuna al final de la partida, vendiendo mercancías en distintos lugares.

En Sand, los jugadores nos pondremos en la piel de estos viajeros del desierto, recorreremos los caminos del tablero y visitaremos las distintas localidades. En ellas recogeremos mercancías para llevarlas a otros lugares y así ganar oro por el servicio de transporte. Cruzaremos las dunas a lomos de nuestras fieles orugas, las cuales, si las cuidamos con esmero, crecerán y nos ayudarán en nuestras tareas de forma más eficaz. Por el camino se nos unirán compañeros que nos ayudarán y se nos encomendarán misiones que, de cumplirlas, nos reportarán buenos beneficios al final del viaje.

Los componentes

Como es habitual en los juegos de producción propia de Devir, la caja está llena de componentes de gran calidad, pensados para crear la mejor experiencia lúdica posible. En el tablero central se muestran las distintas localizaciones por las que los jugadores desplazarán sus orugas: el puerto, en la parte superior, y las ciudades, los oasis y los campamentos sobre el desierto. Entre todos estos puntos se muestran distintos caminos: las rutas establecidas (gris y verde) y los atajos (naranja). Se trata de un tablero repleto de detalles, tanto estéticos como funcionales, donde los jugadores interactuarán en busca de las mercancías que más deseen.

Por otro lado, cada jugador contará con un amplio tablero personal, a modo de cuaderno de bitácora. Decorado con mimo, este tablero está producido con un cartón a doble capa y cuenta con un troquel por el que moveremos distintos indicadores y almacenaremos recursos. En la parte izquierda hay los registros de cuidado de nuestra oruga (hidratación, de vital importancia en el desierto, comida y salud), de prestigio y de oraciones. También hay el espacio donde iremos almacenando nuestras ganancias y un recordatorio de las tarifas. En la mitad derecha hay los espacios para las fichas de acción, el registro de entregas y un espacio para las losetas de compañeros de viaje que iremos desbloqueando. ¡Todo lo que necesitas gestionar en un espacio bello y ordenado!

Uno de los componentes más llamativos y estéticos del juego es el pedestal de dados. Se trata de una estructura que, una vez montada, permite exponer los resultados de los cuatro dados a la vista de todos los jugadores. Los dados se lanzan una única vez cada ronda, de modo que este pedestal asegura que ningún golpe fortuito altere el resultado.

Además de los tableros, los dados y el pedestal, la caja de Sand incluye más de 110 cubos de mercancía de distintos colores, una baraja con 40 cartas de misión, una bolsa de tela y un montón de fichas y losetas.

La partida

Una partida a Sand se juega a lo largo de una serie de rondas o jornadas de viaje, que a su vez se dividen en tres fases: mañana, tarde y noche. En cada fase, los jugadores llevan a cabo su turno, en el que podrán hacer hasta 8 acciones distintas.

Para realizar las distintas acciones, cada jugador dispondrá de cuatro fichas de acción en su tablero personal. Las fichas de acción representan el tiempo que invierten en hacer las distintas acciones del juego (¡y cuidado, porque el tiempo es limitado!). Según su color, los dados se asocian a las diferentes fichas de acción y sirven para determinar el tipo o la potencia de las acciones que se pueden hacer.

Entre las acciones disponibles, tenemos: viajar, cargar plantas, entregar mercancías, cuidar la oruga, orar, ganar prestigio, componer canciones o la acción especial de los acólitos. Para movernos de un lugar a otro del mapa, deberemos hacer la acción de viajar; para ello, según la ruta que tomemos, deberemos pagar una serie de costes relacionados con la salud de nuestra oruga. La acción de cargar plantas, por otro lado, nos permite tomar esta mercancía y almacenarla en nuestra oruga (¡a riesgo de perder capacidad de acciones en los siguientes turnos!); entregar mercancías nos permitirá ganar dinero por los bienes que dejemos; a través de la acción de cuidar a la oruga podremos alimentarla, darle de beber o sanar sus heridas; si oramos, obtendremos puntos de oración, que se pueden gastar para aumentar momentáneamente el resultado de un dado; ganar prestigio nos bonificará con dinero cuando entreguemos mercancías; componer canciones también nos reportará beneficios económicos; y por último la acción especial de los acólitos, que solo se puede llevar a cabo si contamos con la ayuda de la chamana, nos recompensará con plantas.

Cada acción tiene unos requisitos concretos relacionados con los dados. Por ejemplo, para cargar plantas deberemos usar la ficha del color correspondiente, independientemente de su valor numérico; para viajar, sin embargo, el color no es relevante, pero si el número: debe ser igual o superior al que indique nuestra loseta de oruga.

Poco a poco, los jugadores irán ganando dinero con sus transacciones e irán desbloqueando mejoras: nuevos compañeros con habilidades útiles, un refugio donde almacenar mercancías, versiones evolucionadas de la oruga, etc. Al final de la partida, además del dinero acumulado, los jugadores sumarán dinero adicional por misiones cumplidas, sellos de especialización, apoyo a las tribus menores o por las canciones que hayan compuesto.

Hay un montón de opciones al alcance y también múltiples formas de ganar dinero. Y, por si fuera poco, Sand incluye una serie de fichas de viajero, diseñadas para partidas más avanzadas en las que los jugadores quieran empezar con un punto de asimetría. Cada viajero cuenta con una habilidad única que puede orientar la estrategia de los jugadores hacia determinadas decisiones o acciones.

El modo solitario

Para los que prefieren una experiencia en solitario, Sand incluye un reto con tres niveles de dificultad. El jugador se enfrentará a Alhazred, el escritor de códices. Este sabio, que está decidido a devolver al desierto su gloria de antaño, empieza la partida en un campamento cercano a las montañas y cuenta con un mazo específico de cartas, que sirven para guiar su movimiento.

La Kemushi Saga

La ambientación temática de Sand se enmarca en la Kemushi Saga, un universo mágico lleno de espíritus en el que se puede palpar la tensión entre el caos y el orden, lo natural y lo artificial. La historia de esta saga maravillosa se explica a través de varios juegos de mesa, algunos ya publicados como Bitoku, Bamboo. Yokai Sketch o Silk, y otros todavía por llegar (como Daitoshi). Todos los juegos de la Kemushi Saga comparten un trasfondo temático y un arte evocador, que se inspira en referentes estéticos como las producciones del estudio Ghibli.

Puntos de venta

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