Starfinder

Por su parte, Starfinder se centra en la implementación de una mayor caracterización para el personaje, ofreciendo una enorme cantidad de opciones y combinaciones que permiten a los jugadores personalizar al máximo sus personajes y ajustarlos a sus gustos y necesidades.

Starfinder mantiene las razas de fantasía tradicionales como opciones para los personajes, pero ofrece también toda una serie de especies diferentes, como los reptilianos vesk, los rátidos ysoki, los kasatha de cuatro brazos o los androides.

Por otra parte ofrece siete nuevas clases de personaje entre las que elegir que se pueden personalizar y a las que se pueden añadir mejoras físicas para obtener diferentes habilidades. Estas clases son el enviado, el mecánico, el místico, el operativo, el solarian, el soldado y el tecnomante. Las clases mezclan conceptos más clásicos (como el del soldado o el mecánico) con magia (tecnomante y místico) y con conceptos completamente propios de esta ambientación (los solarian que obtienen poder de las propias estrellas).

A pesar de incluir elementos tanto de ciencia ficción clásica (naves espaciales, armas futuristas) como de fantasía (magia), el sistema los integra con fluidez. 

Por ejemplo, en el caso de las naves espaciales se ha asignado a cada miembro de la tripulación un puesto dentro de la misma con acciones propias durante el combate que permiten que todos los personajes puedan participar aportando sus habilidades y especialidades.

Ambientación

Starfinder está situado en el futuro lejano de Golarion, el mundo en el que Pathfinder está ambientado, tras la misteriosa desaparición de este en un evento conocido como «El Intervalo». En el lugar que antaño ocupaba Golarion ahora se encuentra la Estación Absalom, donde se puede hallar la Piedra Estelar, un objeto capaz de convertir en dios a cualquier mortal.

En la época de confusión de El Intervalo apareció un dios tecnológico llamado Triuno. Se trata de la fusión de tres entidades artificiales: Epoch, una red neurológica creada por los habitantes robóticos de Aballon; Brigh, la diosa de la relojería y la invención; y Casandalee, una inteligencia artificial que alcanzó el estatus de divinidad en la senda de aventuras «Iron Gods» de Pathfinder. 

Juntos ofrecen el conocimiento sobre el motor de deriva a los diversos mundos, una tecnología que permite que las naves viajen rápidamente entre las estrellas a través de una dimensión desconocida: la Deriva. Pero este tipo de viaje tiene un precio, ya que cada vez que se usa, una porción diminuta de un plano al azar es absorbida por la Deriva, donde flotará eternamente, causando debates sobre la ética de usar este sistema de viaje o las intenciones del Triuno.

El universo de juego es muy amplio e incluye las descripciones de todos los mundos del Pacto, el conjunto de mundos explorados entre los cuales se contaba Golarion y que ofrecen todo tipo de opciones y entornos, desde el imperio dracónico de Triaxus a los yermos nigrománticos de Eox o el mundo tecnológico de Verces.

Starfinder nos propone un entorno de campaña variado y diverso con corporaciones, implantes, naves espaciales y tecnología adaptada a un mundo de fantasía, donde la magia está conectada a los avances tecnológicos y las diversas clases y razas se conjuntan para añadir posibilidades.