Devirpedia - Marsha J. Falco

Setes un juego compuesto únicamente por cartas con tres formas distintas (rombos, óvalos y ondas o tildes) repetidas una, dos o tres veces en tres colores (rojo, lila, verde) y con diferentes rellenos (vacío, sombreado, lleno), es decir 3 formas x 3 cantidades x 3 colores x 3 rellenos = 81 cartas totalmente distintas una de otra.

Puede jugar cualquier número de personas, desde cualquier edad (en la caja lo aconsejan, con buen criterio, a partir de 6 años), solo se necesitan las cartas, una mesa donde colocarlas y una buena dosis de percepción visual, capacidad para los conceptos abstratos y rapidez mental. Después de barajar las cartas, en cada jugada se ponen doce cartas boca arriba formando un rectángulo de 3 x 4 cartas. Los jugadores no tienen cartas en las manos, no tocan las cartas, simplemente las miran todos a la vez y tratan de reunir mentalmente tres cartas que por cada una de las cuatro cartacterísticas sean totalmente iguales o totalmente distintas. El primero que lo consigue, se queda las tres cartas. Se colocan tres cartas nuevas del mazo y se vuelve a jugar. Cuando no quedan cartas, gana la partida quien tiene más. Si alguien se equivoca debe devolver tres de las cartas ganadas previamente. Ya está.

Sí, suena extraño. Suena a no juego. Es más, esto de "tres cartas que por cada una de las cuatro cartacterísticas sean totalmente iguales o totalmente distintas" es muy raro, ¿no? Sin comentarios, la respuesta es tres veces "sí". Solamente jugando, y después de equivocarse un par de veces, se entiende perfectamente que es Setel juego preferido por los matemáticos, ya que le encuentren innumerables recreaciones y aplicaciones, dentro y fuera del aula. Por ejemplo, la posibilidad que no haya ningúnset ("conjunto", en inglés) entre doce cartas escogidas al azar (spoiler, solamente un 3,23%), cual es el número máximo de cartas que se pueden juntar sin que no haya ningúnset(spoiler, 20), o cuantos sets distintos se pueden formar con las 81 cartas (spoiler, 1.080).

Ciertamente, Setes un buen ejemplo de lo que debe ser un juego utilizable en el aprendizaje. Se suele hablar de "juegos educativos" para describir juegos que albergan contenidos curriculares, sin que importe en absoluto que el juego sea divertido y que apetezca jugarlo, porque hay quien piensa (quizá demasiada gente) que los juegos solo sirven para aprender. Como afirma la misma Marsha Falco, los juegos deben ser divertidos, y pueden servir también para pensar.

Al contrario, Setes un gran juego que, además de haber proporcionado momentos emocionantes a sus millones de practicantes, permite aprender nociones o desarrollar aptitudes en relación con la lógica, elreconocimiento de patrones, la orientación espacial o la concentración, aspectos nada negligibles en el aprendizaje.

Es uno de los pocos juegos de mesa contemporáneos, si no el único, que forma parte de los pasatiempos diarios de The New York Times. Para ser exactos, formaba parte, hasta julio de 2020 que desapareció de sus páginas, como primer efecto colateral de la adquisición de la compañía familiar Set Enterprises por PlayMonster, empresa dedicada al ocio familiar propiedad de un fondo de inversión.

Marsha J. Falco creó Set Enterprises en 1988 precisamente para comercializar el juego que había ideado en 1974. El éxito le permitió dedicarse a diseñar más juegos, hasta unos quince, aunque ninguno de la relevancia de su primera creación. Ocurrió en la Universidad de Cambridge, donde estaba estudiando. Durante una investigación genética, concretamente si la epilepsia es hereditaria en los pastores alemanes cambió los datos que iba recopilando de cada perro analizado por símbolos que agrupaban datos del mismo tipo. En una presentación de su trabajo a unos colegas veterinarios, mientras explicaba las combinaciones matemáticas de los diferentes símbolos alguien dijo "Claro, estos símbolos sirven para formar sets, es divertido, parece un juego". Ahí empezó a nacer el juego, que no cristalizaría hasta la creación de la empresa.

La misma Marshadirigió Set Enterprises durante muchos años hasta que, al retirarse, la dejó en manos de su hija Colette. Ahora, jubilada, se dedica a pasear a caballo y a tareas humanitarias. Y a jugar y crear nuevos juegos.