Mark Herman

Si sabe algo o poco acerca de los wargames, esta palabra le sugerirá complicados juegos en que dos personas pasan horas enfrascados en la recreación de una u otra batalla, con un montón de pequeñas fichas en cartón encima de un mapa con un trazado de hexágonos superpuesto a a las características propias del territorio. Está en lo cierto, son juegos con una alta carga narrativa que, además del reto intelectual que suponen, abren el apetito hacia el conocimiento de los hechos históricos, representan otra forma de interesarse por e interpretar la historia.

Los wargames, como el ajedrez y como los juegos de rol, tienen fervientes admiradores y detractores. Digamos solamente que tanto la gran familia de los juegos de simulación histórica y el juego de las 64 casillas, como los juegos en que se interpeta un personaje que va a vivir una aventura están en la cúspide de las máximas obras de la humanidad en lo que a juegos de mesa se refiere.

Si le ha entrado el gusanito sobre este tipo de juegos, es hora de conocer a Mark Hermanuno de los más prolíficos e innovadores creadores de juegos históricos. Nacido en 1954 en Brooklyn, Nueva York, no solo ha diseñado juegos de simulación histórica y ha colaborado en y dirigido empresas del sector, sino que ha trabajado como senior partner en la enorme consultora norteamericana de temas de información y tecnología Booz Allen Hamilton, donde se encargó de la simulación y el análisis estratégico en temas de defensa. Como ejemplo de su trabajo, uno de sus juegos,Gulf Strike (1983), sobre la guerra entre Irán e Irak se utilizó en los Estados Unidos en los meses previos a la Guerra del Golfo en 1990. Además de profesor universitario de estrategia militar y escritor de libros sobre historia militar, es autor, con Mark Frost y Robert Kurz de Wargaming for Leaders: Strategic Decision Making from the Battlefield to the Boardroom (2009), un manual de uso obligatorio para dirigentes políticos, cualquiera que sea su campo de actividad.

Volvamos al Mark Herman diseñador de juegos. Desde su primer juego, Red Sun Rising  (1977, sobre la guerra ruso-japonesa de 1904), ha publicado más de ochenta juegos, si contamos las expansiones, de los cuales solamente unos 25 los firma en solitario. Es decir, que le agrada trabajar en equipo. Por ejemplo, es autor, junto a otro aun más prolífico creador de wargames, Richard H. Berg, de la serie de 15 juegos "Great Battles of the History", dedicados a distintas épocas de la antigüedad. No debería ser necesario decir que por la propia vocación de los wargamesy por la formación y los conocimientos de Herman, sus juegos representan siempre una clase de historia magistral, se trate del Imperio Romano, de la guerra del Vietnam o de las guerras de Independencia o de Secesión americanas.

Ya hemos dicho que es de los creadores más innovadores del panorama mundial. Baste una sola de sus grandes creaciones, el sistema de juego card driven,para despejar cualquier duda sobre esto. Durante muchos años, loswargames eran formalmente muy parecidos, más allá de la batalla descrita en cada uno de ellos: mapa hexagonado, unidades militares representadas por pequeñas piezas de cartón con informaciones numéricas y tablas de combate, porqué cada hecho militar se acababa resolviendo con una tirada de dados, acompañada de diversos factores de modificación. Y unas reglas normalmente prolijas para prever con detalle todo lo que sucede en una batalla: circunstancias del terreno, abastecimiento, moral de las tropas, armamento, refuerzos, apoyo aéreo...

¿Card driven? Sí, un juego conducido por las cartas. Esta expresión se suele traducir por "motor de cartas" y significa que una parte muy importante del juego es una, o más, baraja de cartas que pueden cumplir diferentes funciones: acciones a llevar a cabo, orden de juego, acontecimiento posible, etc. En su turno, el jugador escoge una de las cartas de su mano para utilizar sus puntos de accción o para llevar a cabo el evento propuesto, sabiendo que muchas veces si usa la carta para hacer operaciones mediante los puntos que le proporciona, el otro jugador podrá usarla como evento.

Esta innovacón sucedió en el juego We the People (1993), que reproduce el inicio de la independencia de las colonias británicas en América del Norte en 1775. El tablero no tiene hexágonos, sino espacios interconectados, las unidades militares están simplificadas. Y hay las cartas, que sirven, además de para refrescarnos la historia (siempre narran hechos reales de la contienda), para los movimientos de los generales y las tropas y para resolver los combates, porqué en ese juego el dado tiene un rol no despreciable pero sí secundario. Además, a las trifulcas militares hay que añadir el control político de las colonias, porqué es así que se gana el juego.

Herman ha perfeccionado su sistema en otros juegos, como For the People(1998) o El imperio del Sol (2005), entre otros. Estos juegos le valieron ganar por dos veces el premio Charles S. Roberts (el más importante del mundo en materia de juegos de simulación histórica). Lo realmente espectacular es que el sistema ha sido usado en centenares de juegos desde entonces, entre los que destacan Hannibal & Hamilcar: Roma contra Cartago (Mark Simonitch, 1996), Senderos de gloria(Ted Raicer, 1999) y Twilight Struggle (Ananda Gupta y Jason Matthews, 2005).

Citemos solamente otro de los juegos de Mark Herman diferentes a todo: en el extraordinario Churchill(2015), tres jugadores interpretan al propio Churchill, a Stalin y a Roosevelt a lo largo de las conferencias que dieron fin a la Segunda Guerra Mundial. Deben ponerse de acuerdo para ganar la guerra, y tomar decisiones conjuntas como aliados para evitar que Hitler gane, pero cada uno persigue sus objetivos en la postguerra. Al final solo uno de los tres se alzará con la victoria. Un juego para jugar muchas veces, tal es la riqueza de situaciones que propone. ¿Es un wargame? Herman afirma que no, que, aunque mucha gente piense lo contrario, es un juego de política militar, no un wargame.

Sorprendentemente, Mark Herman solamente dispone de una página en la Wikipedia en sueco. Gracias, Devirpedia.