XI: Coleccionismo y materialidad en los JMM

Coleccionismo y materialidad en los JMM

Seamos sinceros: a los jugones nos gusta coleccionar. Ya sean comics, libros o, sobre todo, juegos de mesa; una parte importante del hobby es conseguir una buena ludoteca. Mientras que para algunos no es importante porque pertenecen a alguna asociación que dispone de todos los juegos que necesitan, para los más, su colección es sagrada. Un motivo de orgullo dentro del mundillo, que no dudará en mostrar y explicar a todo aquel que muestre un mínimo interés.

 

A este respecto, del coleccionismo como parte de la cultura jugona, nos dice Antonio Catalán que: “El coleccionismo es intrínseco a los jugones, no es extraño que un jugador normal, pueda acumular más de 20 o 30 títulos en unos años, llegando a ser normal pasar de ese número al centenar, llegando a colecciones de varios cientos. Este afán coleccionista actual nace de una mezcla de factores: el inicio del coleccionismo en los Hobbygames, los juegos temáticos de 3M y su concepto Bookcase en el diseño de juegos, el coleccionismo clásico de merchandising y el de juegos o cartas coleccionables por Magic, the gathering”.

 

Si algo perturba nuestro sueño es la cantidad de juegos que hemos adquirido y que aún reposan en la librería sin jugarse. ¿Qué sucede con esto? ¿Por qué nos afanamos siempre en conseguir la última novedad en vez de centrarnos en aquellos juegos que ya tenemos? Utiliza Catalán un término muy acertado para pensar ese fenómeno:

“El concepto de la antilibreria de Umberto Eco es aplicable a la antiludoteca, o “pila de la vergüenza”, de juegos adquiridos y no jugados. Juegos que han sido comprados, con una intención que va más allá de ser jugados o probados, a veces con la atracción del tema, el diseño, el autor o sus calidades, que en algunos casos podrían ser relacionadas con el “fetichismo” sobre lo material y el sentimiento de posesión. Pueden estar relacionados con el nivel de completísimo sobre un autor o editorial, o simplemente por el interés de poseerlo, leerlo, observarlo y coleccionarlo, por la simple materialidad del objeto. En algunos casos la compra de las diferentes expansiones y ampliaciones de algunos juegos, que no son necesarias para jugar el juego base, fomentan este coleccionismo, aunque nunca se tendrá el tiempo o la dedicación necesaria para poderlas utilizar, sin duda una característica explotada por diferentes editoriales como incentivo de compra. Los mismos jugadores reconocen que tienen tres problemas con sus colecciones: el tiempo para jugar, el dinero para comprar y el espacio para acumular”.

La materialidad de los juegos de mesa modernos

Una de las características que hacen que los JMM sean motivo de colección es su vertiente material. Suelen ser cajas con un arte muy cuidado, con autores e ilustradores poniendo mucho empeño en que no sólo sea un buen juego, sino que su aspecto sea atractivo. Vamos a desengranar varios elementos que componen la parte material de los juegos de mesa:

 

El tablero y sus componentes: “Los jugadores aprecian la estética, el diseño de producción y la calidad de los componentes de un juego, reconocen que son importantes pero que “grandes componentes” no pueden hacer un juego bueno, pero si mejorar la experiencia. Una manera de conocer un juego para ellos es ver los videos de “unboxing”, sobre la apertura de un juego, en que se explican sus componentes y sus calidades, siendo determinante en muchos casos para su compra. Incluso es apreciado la apertura de un juego y reconocer el olor de las tintas y el cartón impreso. Muchas veces los jugadores quieren mejorar los componentes originales: utilizar figuras diferentes o pintarlas, cambiar las monedas de juego, los dados u otros elementos por algunos de mayor calidad. No es extraño que un juego de cartas, de apenas 20€, sea protegido con fundas en cada carta, para su conservación y evitar su deterioro por el uso, gastando el doble del coste en ello”.

 

Las cajas de los juegos: “Las cajas a la vez son contenedor y continente, se utilizan además como referente de compra, como recordatorio y almacenamiento, siendo importantísimo tanto la calidad de su imagen, que represente la temática del juego, como la calidad de su producción e impresión, además de su adecuación en cuanto a tamaño al juego, existiendo conceptos como “sobreproducido” para un juego que no necesita de tantos componentes de juego, o que la caja sea demasiado grande para los componentes que lleva, o que la ordenación de la cubeta interior permita un correcto almacenaje con elementos protegidos. Existen empresas que se dedican a crear cubetas específicas para juegos de éxito, para guardar los componentes y que estos sean más fáciles de tener preparados para la siguiente partida”.

 

El lugar donde se realiza el juego: “Otro elemento importante es el lugar donde se realiza la actividad, que normalmente requiere toda una serie de características, como tamaño adecuado de la mesa, componentes al alcance de todos los jugadores y una iluminación adecuada. Normalmente los jugadores disponen de un lugar predeterminado de juego, existiendo empresas especializadas en fabricar mesas para juegos, con características específicas de tamaño, compartimentos e iluminación, preparadas para poder dejar la partida montada y poder utilizar dicha mesa para otras necesidades”.

Almacenamiento: “Una consecuencia de lo anterior, puede ser la necesidad de buscar un espacio adecuado para que los juegos estén listos y organizados. En colecciones pequeñas pueden estar colocados en una estantería normal y en muchos casos se encuentran en las salas principales, como los libros, dvd, merchandising o elementos de decoración, pero cuando el número aumenta y llegue a nivel de coleccionismo, lo más normal es que requiera un lugar específico con sus correspondientes estanterías y elementos de decoración, que pueden incluir desde tableros enmarcados o elementos de merchandising de los propios juegos, etc.”.

 

Este último apartado se ve reflejado en la aparición de numerosos clubs o asociaciones que quieren compartir la afición de los JMM. Muchas de ellas cuentan con un gran espacio donde los socios pueden dejar sus juegos, en un ambiente de respeto, para que todos los utilicen. Aunque si tiene espacio en casa, el jugón suele preferir tener su colección a mano para enseñarla a sus visitas.

 

Nos dice Catalán: “Estos juegos pueden estar colocados en los salones principales, despachos, habitaciones dedicadas para el juego o sótanos perfectamente acondicionados (principalmente en EE. UU.), con una clara intención de ser expuestos para el disfrute de su propietario y de sus visitantes. Sirven para obtener un símbolo de pertenencia y de reconocimiento por parte de su grupo, de ser un especialista y jugón. El uso de fotos en diferentes redes sociales, enseñando la colección de juegos es recurrente, incluso para pedir consejo sobre próximas compras, o como fondo para videoconferencias y videos. El concepto de ludoteca, es totalmente aplicable en equivalencia a la biblioteca, ya que aparte de ser un aparador, se tiene en concepto de consulta, o disfrute de los elementos por su estética, no solo para el acto de jugar”.

 

* Este texto corresponde a una serie de lecturas y análisis del trabajo del año 2020 de Antonio Catalán Cultura y juegos de mesa analógicos: Los juegos de mesa modernos como fenómeno y artefacto cultural contemporáneo, para la UOC - Iván Fernández Frías